Y al final llegó el gran día donde conseguí este vino, figurita dificíl si las hay. Ya me había pasado con Alamos Moscatel de Alejandría, pero este caso fue más complicado.
Viña Las Perdices es mi bodega favorita indudablemente, a pesar de que estoy prefiriendo los vinos de Salta tal como comenté en un post anterior.
Todo lo que probé hasta ahora de esta bodega me gustó. Tintos, blancos, espumantes. Todo se encuadra a mi gusto. Son productos perfectos.
Pero volvamos a este rico vino. La cepa es Albariño, en Portugal se la conoce como Alvarinho y es muy cultivada en la zona de Galicia (España) con el nombre de Rias Baixas.
Creo que en el país es el único vino que contiene esta cepa al 100%. Busqué y no encontré otro. Me puedo equivocar.
Las viñas están en Agrelo, Luján de Cuyo, Mendoza a 1030 metros sobre el nivel del mar. Esta cosecha 2013 es una edición limitada a 6000 botellas.
Es de color amarillo pálido con toques verdosos y dorados. Su aroma es muy complejo: tiene notas frutales, florales y herbáceas. Hay que degustarlo lentamente para descubrir todos sus matices. En boca es fresco y untuoso. Me sorprendió las diferentes facetas que presenta este vino.
Es diferente a cualquier otro vino blanco. No se puede comparar.
Se recomienda para acompañar mariscos y pescado como es usual, pero Uds. sabrán maridarlo con otras cosas. Los quesos para mí le van bárbaro también.
Consejo: bien vale gastarse ese dinero y probar este albariño mendocino.
Es diferente a cualquier otro vino blanco. No se puede comparar.
Se recomienda para acompañar mariscos y pescado como es usual, pero Uds. sabrán maridarlo con otras cosas. Los quesos para mí le van bárbaro también.
Consejo: bien vale gastarse ese dinero y probar este albariño mendocino.
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